Inestabilidad debida no ya a la variación climática, que ‘haberla hayla’, pese a llevar dos años hidrológicos con aceptables resultados en lo que a aportaciones de agua se refiere, sino a la constante contaminación política que ejerce la maquinaria gubernamental de la vecina, querida y entrañable Castilla-La Mancha, y que recala ya la piel del Ministerio, que enseña sin pudor la patita con decisiones politizadas, ideologizadas, de ataque frontal al Trasvase
De muestra, el botón del recorte injustificado de octubre. El Tajo es una cuenca interestatal sujeta a convenios de dos Estados soberanos, no es pues asunto de los gobernantes castellano-manchegos. Desde los ataques ‘gentleman’ de Bono, pasando por el folclórico helicóptero de Barreda, la risa impertérrita de Cospedal, y ahora el histrionismo de Page, se han vertido ríos de tinta, hectómetros de esta sustancia &ndashmás que de agua trasvasada&ndash y verborrea, mucha verborrea, en pintar el ingenio hidráulico de la obra del Trasvase con colores grises, oscuros hasta conseguir que huela a azufre en el imaginario colectivo. Consignas de primero del ‘Manual Universal de consignas’, pero que funcionan, oiga. Sin embargo, en Castilla-La Mancha y resto de Comunidades que comparten el cauce del Tajo, poca inversión o nula ha habido en medidas de modernización de regadíos y menos aún en depuración educada o abastecimiento para pueblos ribereños &ndashcon los 430 millones de euros entregados por el Levante para esos menesteres&ndash.
En juicios estamos, por cierto, para que el Ministerio nos dé cumplida información de cuál ha sido el final de esos cientos de millones de euros. Se niegan, desconocemos el porqué. Esas son actuaciones casposas, hasta suenan mal… depurar, modernizar, que además suele implicar obras ‘grises’, ‘azufrosas’. Mientras tanto la gris infraestructura del Trasvase Tajo-Segura, paradigma supremo de este tipo de obras, a través de la actividad que genera, alcanza en 2020 la cifra nada desdeñable de 3.013 millones de euros en su aportación al PIB nacional. Y cruza la línea de los cien mil empleos directos e indirectos, concretamente 106.000 puestos de trabajo. Y estas cifras de interés nacional, sin duda, son acalladas año tras año por el griterío de las voces pavisosas, faranduleras, bufas o galantes de los dirigentes palatinos de Fuensalida, cuando se refieren al Trasvase, ojo.
Pintar de verde todo es la consigna. ¿Cómo llamar al hecho de que Europa nos deslome con sanciones económicas brutales por vertidos al Tajo, contaminantes de aguas con defectuosa o nula depuración, por cuya causa hemos de intentar soltar más agua para disolverla ‘con perdón’, aunque ello vaya en detrimento de las economías regionales de otra cuenca? Pues fácil, tiramos del manual básico, el de las pastas verdes, y lo denominamos: ‘detraer más caudales ecológicos para conseguir el buen estado de las masas de agua que permita una óptima fauna y flora autóctona, y todo ello dentro de un entorno de cuenca autosuficiente’. Justo es reconocer que el texto es bonito a más no poder. Totalmente.
El Trasvase favorece una agricultura que es y será fundamental en tiempos venideros por cuanto fija la población al territorio, suministra una fuente de alimentación cercana y segura, estratégica, aporta escudo verde frente al desierto &ndashdonde la climatología no lo permitiría&ndash y asegura una fuente de progreso económico. El Trasvase es primordial para más de noventa municipios levantinos, para sus hogares, sus comercios, su futuro en definitiva. Hemos de incentivar aún más si cabe la investigación, el conocimiento y la difusión de todo tipo de avance que permita lograr actividades sostenibles. Invertir, si es posible, en más medidas de ahorro de agua, en reutilización de efluentes procedentes de depuración.
Pero ojo, hemos de hacerlo todos, en todas las Cuencas hidrográficas, en todas y cada una de las Regiones de España. Solo así conseguiremos lograr el buen estado de las masas de agua, con el objetivo de seguir dotando en épocas venideras agua de buena calidad para la vida vegetal y animal así como para los usos de los humanos, que cada vez en mayor número habitarán este país. Ese es el objetivo y por ese orden de nuestra labor futura.