Datos, Cifras, Estudios e Información contrastada del Trasvase Tajo Segura
Del Trasvase se habla largo y tendido. Pero pocas veces se hace con datos contrastados, con información técnica, con datos reales desprovistos de barniz ideológico.
Si quieres profundizar en la obra de ingeniería más importante de España, en esta página encontrarás respuesta a todas las preguntas que te surjan.
Y recuerda que siempre puedes contactarnos para obtener más información.
El ATS es probablemente la obra hidráulica más importante de las realizadas en España, que permite transferir agua excedentaria de la cabecera del Tajo a la única cuenca española con un déficit estructural de recursos, la del Segura, para uso en abastecimiento de poblaciones y en regadío. Se inauguró en el año 1979 y permite derivar agua desde el río Tajo hasta el Segura mediante un canal principalmente a cielo abierto, pero donde no faltan importantes acueductos y túneles, de 292 Kms de longitud. La toma de agua se halla en el embalse de Bolarque, donde confluyen los recursos procedentes del sistema EntrepeñasBuendía, en la cabecera del Tajo.
Conforme a la Disposición adicional 1ª de la Ley 52/80 de 16 de octubre, reguladora del trasvase Tajo-Segura, el volumen a trasvasar anualmente es de 600 hm3 , de los cuales 400 se otorgan a regadíos, 110 a abastecimiento de poblaciones, e imputándose el resto a pérdidas, si bien la realidad ha demostrado que esas pérdidas son menores que las previstas legalmente, situándose en torno al 10% según los organismos oficiales españoles (CEDEX).
En la actualidad el Acueducto Tajo Segura se ha convertido en un “instrumento vertebrador del territorio” al interconectar cinco cuencas hidrográficas: Tajo, Guadiana (medioambiental de Las Tablas de Daimiel y abastecimiento), Júcar (Abastecimiento y regadío de Albacete), Segura (abastecimiento y regadío), y Valle del Almanzora en la cuenca mediterránea andaluza (abastecimiento y regadío).
Para abastecer agua potable a las poblaciones y para regadío:
En los abastecimientos de poblaciones, estos recursos suponen más de la mitad de las aguas que dispone la Mancomunidad de Canales del Taibilla, entidad que –como ya se ha dicho- suministra el agua en alta a todos los municipios de la provincia de Murcia y gran parte de los de la provincia de Alicante –entre los que se incluyen los municipios de mayor consumo, como el de propia ciudad de Alicante y otros de su entorno con gran afluencia turística-, con un total de dos millones y medio de habitantes censados, que superan los tres millones y medio en los meses veraniegos. Asimismo el agua del trasvase -10 hm3- se utiliza para abastecimiento en diversos municipios de la provincia de Almería –a través de la entidad GALASA-, que abastece a una población añadida de otras 100.000 personas.
En lo que respecta al regadío, el agua del trasvase desde el río Tajo suministra el recurso complementario necesario para el riego de 147.000 hectáreas en las provincias de Murcia, Alicante y Almería, con un total de unos 80.000 regantes beneficiados y sus familias. Todos ellos se integran en 61 Comunidades de Regantes del Trasvase, las cuales a su vez se agrupan en el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS), quien ostenta la representación de todo ese colectivo. La distribución de las aguas del trasvase entre las distintas Comunidades de Regantes se encuentra actualmente regulada en el art. 14.8.d) del Plan Hidrológico de la Demarcación Hidrográfica del Segura, aprobado por Real Decreto 1/2016 de 8 de enero.
No. Hay que destacar que el agua que se trasvasa es solo la excedentaria de la cuenca de origen, es decir, la que no es necesaria para cubrir las demandas del Tajo, incluidas las medioambientales, que son siempre prioritarias y tienen una garantía de suministro de dos años.
Esta es la regla básica de este trasvase. La demanda actual de la cuenca del Tajo con cargo a recursos de cabecera es de 365 hm3 /año y ello está garantizado al 100% con las aportaciones mínimas anuales y con la reserva anterior de 240 hm3 para los embalses de Entrepeñas y Buendía en la cabecera del Tajo – reserva establecida en la disposición adicional 3ª de la Ley 10/2001 de 5 de julio, reguladora del Plan Hidrológico Nacional-, lo que se ha venido ahora a reforzar con el establecimiento de una reserva no trasvasable de 400 hm3 –disposición final segunda de la Ley 21/2015 de 20 de julio, de Montes- con la cual se cubren holgadamente todas las demandas efectivas con recursos de cabecera, con garantía absoluta para dos años.
Esto permite además una lámina estable de agua que facilita el desarrollo social y económico de los pueblos ribereños de los embalses de Entrepeñas y Buendía, los cuales, con unos 13.000 habitantes censados en los 22 municipios que lo componen, sólo aspiran a que no se les deje en el olvido y se atiendan sus justas reivindicaciones, como es la garantía de al menos un suministro de agua potable adecuado, del que algunos todavía parece que carecen a pesar de las importantes cantidades que los usuarios finales del trasvase han pagado precisamente para solucionar este tipo de problemas, entre otros, en la cuenca del Tajo (412 millones de euros en moneda actualizada actualmente).
Existe claramente una batalla política, de representantes políticos autonómicos, locales y nacionales que utilizan «el agua» como arma para contender contra otras comunidades autónomas, regiones o políticos.
A esto se suma una corriente ecologista que defiende postulados que no cuadran con los informes objetivos y técnicos que se mencionan en esta web y que están a disposición del público a través de cátedrás, auditores independientes y los propios organismos públicos.
El trasvase Tajo-Segura genera un impacto positivo sobre la economía y la sociedad de la zona del trasvase tanto directamente, a través de la actividad agrícola que utiliza el agua procedente del trasvase como recurso, como indirectamente, gracias a las actividades económicas que se desarrollan a lo largo de toda la cadena de valor del sector agroalimentario.
El valor económico de la producción agrícola en la zona del trasvase asciende a más de 1.416 millones de euros, de los cuales Murcia representa más del 66%, ya que se trata de la provincia con mayor número de hectáreas regables en la zona del trasvase. Además, por tipología de cultivo, las hortalizas y los cítricos representan conjuntamente más del 80% del valor económico de la producción, lo que se explica por el hecho de que son el cultivo con mayor superficie y con mayor rendimiento por hectárea.
Una vez estimado el valor de la producción agrícola, se ha estimado su contribución al PIB siguiendo el mencionado “método de la renta”. Para ello se ha estimado la proporción de sueldos y salarios y de excedente bruto de explotación (aproximado a través de su equivalente empresarial, el ebitda23), empleando para ello datos del MAPA, que ofrece los resultados técnico-económicos de las explotaciones por tipología de cultivo.
Como resultado, se ha obtenido que, de media, estas magnitudes representan en torno al 40% del valor económico de la producción. De este modo, la contribución directa al PIB de la actividad agrícola en la zona del trasvase asciende a 646,3 millones de euros, lo que equivale al 28,3% del PIB del conjunto del sector de la agricultura de las provincias de Alicante y Murcia.
Por otro lado, los impactos indirectos e inducidos sobre el PIB se han estimado a partir del desglose de los consumos intermedios de la actividad agrícola, empleando, como se ha explicado anteriormente, las tablas Input-Output de España. Estos impactos representan, en conjunto, 901,2 millones de euros. De este modo, la contribución total al PIB de la agricultura de la zona del trasvase asciende a más de 1.547,5 millones de euros, lo que equivale al 2,4% del PIB agregado de las provincias de Alicante y Murcia.
La contribución al PIB de la comercialización de los productos agrícolas de la zona del trasvase es de 1.145,9 millones de euros en 2019, de los cuales cerca del 51% (582,1 millones de euros) corresponden al impacto directo, esto es, el generado dentro de la propia actividad de comercialización.
De este modo, se ha estimado que la contribución directa al PIB de la actividad de transformación se sitúa en 68,6 millones de euros. Para la estimación de los impactos indirectos e inducidos, se ha asumido que la estructura de costes de estas empresas se asemeja a la del sector de “productos alimenticios” de las tablas Input-Output.
La contribución total al PIB de la transformación se ha estimado en cerca de 320 millones de euros.
En términos globales, se ha estimado que el trasvase genera un impacto total de más de 3.013 millones de euros, lo que equivale al 4,6% del PIB de las provincias de Alicante y Murcia. El impacto total es superior a la contribución a la economía nacional en términos de VAB de sectores como el transporte aéreo, o las industrias extractivas. Asimismo, el impacto del Trasvase Tajo-Segura es casi el doble de la aportación del sector de pesca y acuicultura en España, y equivale a más de tres veces la contribución de la silvicultura y explotación forestal en el conjunto del país.
Es necesario regular y planificar los recursos hidrológicos en las diferentes cuencas fluviales para proteger el medio ambiente. El caudal ecológico debe mantener, como mínimo, la vida de los peces que habitan de forma natural en un río. También la vegetación de sus orillas. Cada río tiene unas características específicas, por lo que cada uno requiere un régimen de caudales diferente.
Para comprender el caudal ecológico, hay que entender el caudal mínimo y máximo del río.
El caudal mínimo se define como la cantidad de agua necesaria para mantener el buen funcionamiento del ecosistema acuático.
Por el contrario, el caudal máximo es la mayor cantidad posible de agua que puede circular por una sección del río sin causar problemas como graves inundaciones.
Para proteger a las especies autóctonas, es importante no sobrepasar los niveles diarios de gestión. Los caudales excesivamente altos pueden reducir las poblaciones más sensibles. Si la velocidad del agua se vuelve demasiado fuerte para los peces, puede provocar su desplazamiento aguas abajo o incluso su muerte.
Para conocer los caudales mínimos y máximos, así como otros parámetros, se pueden utilizar diferentes tipos de metodologías. Un ejemplo es utilizar los registros históricos que tienen datos diarios o mensuales para calcular el caudal mínimo o máximo de cada flujo de agua.
Conforme al nuevo Plan Hidrológico de la Demarcación del Tajo se garantiza un caudal mínimo de 6 m3 /s en Aranjuez, y de 10 m3 /s en Toledo y Talavera de la Reina.
Se trata de caudales mínimos que no son frutos de un capricho sino que cumplen con las exigencias de la planificación hidrológica tanto por métodos hidrológicos como por métodos biológicos o del hábitat físico de las especies, a cuyo efecto se han realizado los estudios y comprobaciones necesarias en los trámites de elaboración del Plan Hidrológico de la Demarcación Hidrográfica del Tajo.
Y aún es más, lo cierto es que esos caudales mínimos son superados ampliamente en la realidad, pudiendo comprobarse en los anexos 1, 2 y 3, las curvas de caudales circulantes reales –en color azul- habidas en las poblaciones de Aranjuez, Toledo y Talavera de la Reina, en relación a la línea de caudales mínimos –en color rojo-.
Se trata de caudales circulantes recogidos oficialmente por la Confederación Hidrográfica del Tajo, de los que cabe deducir que en ningún momento se ha afectado la línea de caudales mínimos, sino que la realidad ha sido justamente la contraria, ya que han sido muy superiores los caudales circulantes.
Somos conocedores de los problemas de calidad que –en algunas ocasiones existen al paso del Tajo por la ciudad de Toledo, pero este problema no es responsabilidad del trasvase Tajo-Segura, sino de las aportaciones del Jarama (afluente del Tajo), el cual conduce las aguas residuales –parcialmente depuradas de Madrid, y de los corredores industriales de Madrid y Guadalajara.
Se trata por tanto de un problema de depuración de Madrid, que todavía no se ha conseguido eliminar. Lo que no es admisible es desembalsar más agua de la cabecera para diluir los vertidos ya que ello sí es contrario al derecho español y al de la propia Unión Europea, y además supone confundir los caudales ambientales con caudales de dilución de vertidos, lo que es un fraude de ley.
En definitiva, este problema de calidad es consecuencia de dichas aportaciones del Jarama, y corresponde a Madrid su plena depuración. El trasvase Tajo-Segura es ajeno a esta cuestión, y por ello no es admisible una utilización interesada de este argumento, para pretender hacer daño a esta infraestructura.
Es de hacer notar que en las zonas regables del trasvase, dada la escasez de agua y su alto coste, se dispone de la más avanzada tecnología de regadío, estando a la vanguardia en materia de innovación y desarrollo, a nivel mundial, para conseguir el máximo ahorro hídrico, siendo precursores en técnicas como el goteo, invernaderos de última generación, cultivos hidropónicos o cogeneración.
La modernización se encuentra implantada en más del 95% de las tierras regables, y más del 50% de ellas disponen ya de procesos de transmisión de datos automatizados, con funcionamiento y control volumétrico instantáneo donde el regante puede acceder a los servicios de su Comunidad de Regantes a través de Internet o por el teléfono móvil, tarjetas inteligentes, las 24 horas y los 365 días del año.
Se dispone de información y control en tiempo real de cada metro cúbico que se distribuye y se consume.
Los resultados globales de emisiones de GEI, remoción de CO2 y balance de carbono para la superficie neta de regadío asociada al trasvase Tajo-Segura en el Plan Hidrológico de la Demarcación del Segura 2015/21 (98.923,6 ha) indican que los regadíos del trasvase Tajo-Segura representan un importante sumidero de carbono en cualquiera de los escenarios, disminuyendo su capacidad como sumidero de carbono conforme se intensifica la energía específica del suministro de agua de riego, variando de -1.208.084 t CO2/año en el Escenario Concesional hasta -707.276 t CO2/año en Escenario de Sustitución del TTS por desalación, pasando por -1.081.080 t CO2/año en el Escenario Actual. La remoción de CO2 no varía entre escenarios, siendo su valor de -2.199.828 t CO2/año.
Sin embargo, el rol como sumidero de los regadíos de trasvase Tajo-Segura podría ser superior si se suministrase el 100% de las concesiones a las Zonas Regables del TTS, lo que permitiría regar su superficie nominal según concesiones (133.356 ha, SotoGarcía et al., 2014).
Bajo esta premisa, la capacidad como sumidero de carbono de los 4 regadíos de trasvase Tajo-Segura alcanzaría los -1.628.582 t CO2/año para el Escenario Concesional, disminuyendo en 675.152 t CO2/año en el caso de que se sustituyese el suministro de 400 hm3 /año del agua del TTS por AMD (Escenario de Sustitución del TTS por desalación).
Para este caso hipotético, la remoción de CO2 alcanzaría -2.965.523 t CO2/año para ambos escenarios.
Se estima que se encarecerá la tarifa del agua para el abastecimiento y los regadíos, que oscilará entre un aumento del 30% y el 48% de media, respectivamente.
De forma simultánea, para hacer frente a la demanda de recursos, será necesario incrementar la producción de agua desalada, la cual no resulta nada barata, en términos económicos y medioambientales. Ésta conllevará un enorme incremento del consumo energético para su producción, junto a la inversión que habrá que realizar para mejorar y aumentar las infraestructuras de las que se dispone, que no son suficientes en la actualidad.
Uno de los sumideros de CO2 más importantes de España, que absorbe más de 1,2 millones de toneladas por año, colapsará ante la reducción en la disponibilidad de recursos hídricos.
En nuestras regiones se depura más del 97% del agua para su posterior reutilización en el regadío. Las restricciones en el trasvase no solo afectan de forma directa a la industria alimentaria, sino de manera indirecta a muchas otras.
La producción de alimentos se verá reducida drásticamente, provocando que la seguridad alimentaria que nos caracteriza se pierda por completo en gran parte del país.
Pero la situación irá más allá. La disminución del volumen de producción por culpa de la falta de agua tras los nuevos cambios, no afectará únicamente al sureste español.
El Levante es la huerta de Europa. España encabeza la exportación de multitud de frutas y hortalizas, tanto en Europa como a nivel mundial. Esto cambiará drásticamente con la falta de agua, a raíz de que los agricultores se vean obligados a disminuir superficies cultivadas y su producción.
Estamos hablando de regiones con una riqueza medioambiental descomunal, conformada por más de 44 millones de árboles y un sinfín de hectáreas de hortalizas, que dan lugar a una producción que emplea la flota de transportes más importante del país, realizando 150.000 transportes mediante vehículos, aviones y barcos.
Estos escenarios supondrían una reducción del Valor Agregado Bruto de entre 400 y 802 millones de euros en la producción regional, así como una pérdida de entre 21.575 y 43.151 puestos de trabajo directos, multiplicándose exponencialmente los empleos perdidos indirectos.
La desalación de agua de mar no constituye una alternativa al trasvase Tajo-Segura. Puede ser un complemento de sus recursos pero nunca una verdadera alternativa que permita su sustitución.
De las plantas desaladoras construidas en las zonas del trasvase cabe mencionar a las de Torrevieja (40 hm3 ), Valdelentisco (37 hm3 ) y Águilas (30 hm3 ). Si recordamos que el volumen de trasvase anual neto previsto legalmente es del 400 hm3 para riego, y otros 110 hm3 para abastecimiento, cabe deducir que el volumen disponible de agua desalada no es suficiente, a lo que hay que añadir que su uso en regadío es imposible si no se establece un precio competitivo.
La ventaja de la desalinización de agua de mar es su condición de inagotable y no sujeto a variaciones climáticas, pero como inconvenientes presenta:
- Elevado consumo energético asociado a su producción (3’70-4’30 kWh/m3 ).
- Nivel de emisiones de GEI poco compatible con las políticas relativas al cambio climático.
- Elevada concentración de boro, que puede producir problemas de fitoxicidad en los cultivos. Al limonero por ejemplo le puede provocar daños cuando el índice de boro es superior a 0’3 mg/l, y entre 0’5 y 0’75 mg/l en el resto de cultivos.
- Carencias y desequilibrios en su composición, al poseer unos contenidos mínimos de calcio, magnesio y sulfato, precisando así un postratamiento de remineralización.
- Elevada acidez y poder corrosivo, que ocasiona problemas en las tuberías.
- Y sobre todo, un coste del agua producto muy elevado, entre 0’60 y 0’80 €/m3 . Si lo comparamos con la tarifa del trasvase -0’097 €/m3 -, ya de por sí una de las más caras de España, resulta obvia la diferencia.
Estos problemas podrían paliarse en caso de poder mezclar esta agua con la del trasvase (lo que vuelve a hacer de ésta un recurso irremplazable) en una proporción para el agua desalada no superior al 30-35%, si bien el problema seguiría siendo el precio de esta última, considerando los regantes que no debería ser nunca superior a 0’30 €/m3 , la cual puesta a pie de parcela supone por lo menos otros 10 céntimos adicionales -0’40 €/m3 -. Pasar de ahí hace inviable el uso de estas aguas para riego.
Los datos mencionados arriba provienen de la Cátedra Trasvase y Sostenibilidad José Manuel Claver Valderas, conjunta entre el SCRATS y la Universidad Politécnica de Cartagena. De la Cátedra de Competitividad del Colegio de Economistas de la Región de Murcia. De Ingeniería y Ciencia Ambiental (ICA). De Price Waterhouse Coopers. De la Cuenca Hidrográfica del Segura. Del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas adscrito al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.