Un acueducto permite el transporte del agua de forma continua desde su lugar de origen hasta el punto de consumo. Del mismo modo, el trasvase Tajo-Segura reduce el riesgo de cortes de suministro en las zonas turísticas, contribuyendo a este sector que emplea a más de 320.000 personas entre Alicante, Murcia y Almería.
Para la gestión de este proyecto, la teoría taylorista en los procesos mediante técnicas de benchmarking cobra relevancia.
Estas técnicas ayudan a optimizar el uso del agua y la energía del sector. Su objetivo es mejorar la CCRR comparada con el funcionamiento de otras CCRRs o mejorando sus propios datos de años anteriores.
Un indicador de la gestión de acueductos es una combinación de variables primarias que describen las características del territorio a regar estudiado. Tras analizarlas, se podrá tomar una decisión sobre en qué zonas es más eficiente llevar a cabo determinadas políticas.
Los factores que son indicadores empleados en la gestión son de aspecto económico, de eficiencia, energéticos y ambientales.
Otra técnica de benchmarking es el desarrollo del plan e ir supervisando los resultados. Como en todo proyecto, comparar los resultados con lo que se había planeado es clave para hacer las correcciones adecuadas y alcanzar el objetivo.
Crear un equipo de trabajo competente que planifique las actividades a desarrollar es otra técnica que mejorará los indicadores de gestión.
El trasvase Tajo-Segura da empleo a más de 100.000 personas tan solo con las actividades relacionadas y contribuye en 2.364 millones de euros al PIB. Tiene un gran peso en los productos hortofrutícolas, ya que supone alrededor del 60% del saldo positivo de la balanza comercial en este aspecto.
Así, este trasvase colabora con una aportación económica y de empleabilidad que pocas infraestructuras a nivel nacional consiguen y, por ello, hay que conseguir una mejora continua con lo que en calidad se denomina el ciclo PDCA.