El melón es uno de los cultivos más beneficiados por la llegada de las aguas del trasvase Tajo- Segura al sureste español.
La versatilidad y capacidad de adaptación del melón al suelo del sureste español se revelan como fundamentales en su éxito. Una productividad que también se hace patente en otros cultivos del área (tomates, pimientos, sandías…) y justifica la necesidad de los recursos hídricos, por la escasez de agua permanente y los bruscos cambios de temperaturas del levante español.
En la extraordinaria calidad del melón del sureste español influye la mezcla de aguas salinas, procedentes del medio subterráneo, con las provenientes del trasvase, las cuales tienen un contenido más dulce. Las formas tradicionales de cultivo y manipulación de este pepónide también ayudan a dotarlo de sus especiales características. La exportación del melón de la zona de Levante supone el 78% del total nacional, generando más de 200 millones de euros.
Las condiciones que han hecho famoso el melón del levante pueden verse de manera especialmente destacada en el melón de Torre Pacheco. De hecho, su dura pulpa permite mantenerlas largo tiempo. A grandes rasgos, sobresalen su sabor, dulzor y jugosidad. También hay que tener en cuenta su peso, superior a la media (oscilan entre tres y cuatro kilos). Estas magníficas propiedades han posibilitado el lanzamiento marcas locales como El Abuelo o Platinum, las cuales están siendo promocionadas mediante sus usos en sofisticadas recetas.
En general, las ventajas de comer melones para el organismo son notables. Por ejemplo, contienen potasio y ácido fólico. Además, el melón se ha revelado como un potente antiinflamatorio y ayuda a mejorar la capacidad pulmonar.
En definitiva, variedades como el melón piel de sapo se han hecho mundialmente conocidas y acreedoras de la certificación de calidad asociada a la Indicación Geográfica Protegida. Una circunstancia demostrativa de la relevancia del trasvase Tajo-Segura para el sureste español, un auténtico estímulo social y económico.