En la zona del Levante Español, la importancia del sector agrario está basada fundamentalmente en el regadío. De aquí la importancia de disponer a corto, medio y largo plazo de recursos hídricos en cantidad y calidad para garantizar las zonas levantinas.
La cultura del agua está basada en los principios de eficiencia y ahorro. Los tradicionales sistemas de regadío han cambiado, orientándose a técnicas más modernas y avanzadas en el marco de una política de mejora y modernización de regadíos, y en la reutilización de las aguas aptas para la agricultura.
Las zonas que riega el Trasvase Tajo-Segura están entre las más destacadas de Europa en desarrollo tecnológico. Se utilizan sistemas de riego localizado, que aprovechan más los recursos hídricos. Este riego supone la aplicación del agua sólo en una parte del suelo, utilizando pequeños caudales a baja presión. Se han desarrollado asimismo nuevas técnicas de cultivo incluyendo invernaderos con sistemas industriales de explotación o instalaciones equipadas con cogeneración y riego hidropónico.
Pero hay que destacar que sin agua no hay actividad, ni los alimentos necesarios para la sociedad. Y aunque España tiene suficiente agua para cubrir todas sus necesidades, está desigualmente distribuida: abundante en el norte y muy escasa en el sureste. En concreto la cuenca del Segura es estructuralmente la más deficitaria, necesitando las aportaciones externas del Trasvase Tajo-Segura para cubrir todas sus necesidades.
